27 de mayo de 2009

La gran montaña!!


Y cuando me desperté lo primero que vi al abrir los ojos fue una inmensa montaña, infranqueable, que se presentaba ante mí. Sabía perfectamente que para continuar mi camino debía superarla, porque irremediablemente, yo, necesitaba estar del otro lado. En un primer momento no me dio demasiado miedo, ni pensé demasiado en ella. Considere que podría encontrar la manera de bordearla, que no sería necesario subir por sus escarpadas laderas. Pero no estaba en lo cierto. Intente bordearla de mil maneras y fue imposible, por cualquiera de sus lados me encontraba numerosas dificultades que hacían imposible llegar a donde yo quería. Por esta razón empecé a plantearme que la única posibilidad que tenía era escalar la montaña. A mí los grandes esfuerzos nunca se me dieron bien, pero me lo tome con filosofía. Pensé que lo único que necesitaba era prepararme perfectamente para ello. Entrene mucho tiempo, horas y horas de arduos entrenamientos, para lograr la mejor condición física que me permitiese emular a los grandes alpinistas. En esos momentos recordé las charlas que un gran alpinista me dio cuando era pequeña, cuanta sabiduría, que buenos consejos. Consejos que en aquel momento pensé que jamás utilizaría, porque nunca me plantee la posibilidad de tener que convertirme en deportista de elite, ni siquiera por un día.


Cuando consideré que estaba física y mentalmente preparada para asumir uno de los mayores retos de mi vida, me enfrente a ello. Pero cuando llegue a la mitad de la montaña, tuve que descender, regresar de nuevo al campo base. Que duro fue aquello, tanto esfuerzo para nada. Me sentí completamente frustrada. En ese momento me planteé seriamente si esforzarse valía la pena realmente. Porque yo vi grandes horas de mi vida tiradas a la basura, un gran esfuerzo no recompensado. Lo vi todo negro, pensé seriamente que aquella montaña era infranqueable, que jamás lograría llegar al otro lado y ver su otra vertiente, que era la que yo necesitaba.


Tuve que borrar esas malas experiencias de mi cabeza y empezar de cero. De otro modo no habría sido capaz de volver a intentarlo. Asique con mucho esfuerzo, más psicológico que físico, encontré la fuerza necesaria para plantearme subir aquella montaña de nuevo. Recabé toda la fuerza posible, me preparé para ello psicológicamente. Descubrí que la verdadera fuerza está en nuestra cabeza. Si nosotros nos creemos que podemos con algo, realmente lo conseguiremos, por más complejo que sea. Y eso hice, todo el mundo me apoyo en mi decisión, todos me dieron su ánimo y me mandaron energía positiva. Hasta que llegó el día en el que tuve la sensación de que podía superar la montaña y por fin vería el otro lado, el lado al que tanto tiempo deseaba llegar. Empecé a subir por sus laderas, y realmente las primeras rampas me parecieron imposibles. Todo era tan duro que tuve la sensación de que esta vez tampoco llegaría a la cima. Pero no cesé en mi esfuerzo, estaba preparada para ello, yo sabía que esta vez sí que podía. Continué con todo el dolor de mi corazón, no quería que mi esfuerzo por enésima vez fuese en vano. Y según iba ascendiendo las rampas se fueron suavizando, todo empezaba a ser mucho más asequible para mí. Subí y subí, y pensé que no llegaba el final. Hubo un momento de duda, en el que realmente creí que tendría que descender de nuevo. Pero no perdí la esperanza, confiaba en mí, aunque no se lo había reconocido a nadie.


Cuando por fin vi que estaba en la cima de la montaña, no me lo podía creer, que sensación tan bonita, que alegría tan grande. Podía ver el otro lado de mi camino, ese camino que llevaba tantos años buscando y que no había manera de encontrar. Por fin mi esfuerzo había merecido la pena. Ahora me siento extraña estando al otro lado, creo que por un momento extraño mi montaña, extraño el tener algo en la cabeza que este requiriendo de mi esfuerzo constantemente. Pero supongo que se me pasará rápidamente porque una nueva montaña aparecerá en mi vida. De momento vivo en una apacible pradera, que era lo que me esperaba al otro lado del camino. Me alegro de haberme esforzado hasta la extenuación para llegar hasta aquí.

5 comentarios:

Niña triste, hiperestésica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Niña triste, hiperestésica dijo...

La vida es escalar, pero la vista es genial. Gran frase, que no, no es mia y ha sido tristemente plagiada de la película de Hannah Montana, qué cosas, pero oye me venía al pelo!
:)

Anónimo dijo...

k hablas d admvo?? a perte d otras cosas no??jeejej. c.e

Lourdes dijo...

a que me ha quedado bonito el escrito e?? jajaja, solo hablo de mi examen de admvo, que ya era hora de aprobarlo jolin!! c.e. eres muy lista lo has pillado a la primera, jajaja

Anónimo dijo...

sera eso k soy listisima!!jejeje ay si lo utilizara xa aprobar...jejej. c.e.