26 de junio de 2009

Llegaré a la Luna


Cuando era pequeña deseaba ser astronauta, pero eso era extremadamente complicado. Siempre me enseñaron que hay que luchar por nuestros sueños y hacer todo lo que esté en nuestra mano por hacerlos realidad. Por ello con un gran esfuerzo y sacrificio de mi familia logre ir a estudiar aeronáutica a Estados Unidos, ya que si quería viajar a la Luna, lo mejor que podía hacer era ir allí, conocer la NASA por dentro e ir ganando puntos para poder pertenecer a una expedición que en un futuro viajase al espacio. Me costó muchísimo vivir en un país lejano y estar rodeada de gente extraña, con una cultura diferente y un idioma odiado para mí. Pero era mi sueño. Deje mi vida social para otro momento, y únicamente me dedique a estudiar, todas las horas que podía, sólo descansaba cuando necesitaba realmente dormir, o cuando tenía que comer. Me hubiera gustado ser inteligente, una de esas personas que tienen una mente privilegiada, pero no era mi caso. Por lo tanto, tuve que esforzarme hasta la extenuación, porque era la única forma de llegar a donde yo quería. Debía estudiar mucho y eso fue lo que hice.


Con tanto esfuerzo llegué a aprender muchísimo, con esfuerzo y ahínco fui dando grandes alegrías a mi familia cada vez que aprobaba asignaturas, y poco a poco fui viendo la luz. Por fin logre acabar la carrera y me convertí en aeronáutica. Cuantos años de esfuerzo máximo, pero dieron sus frutos. Ahora solo faltaba que la NASA confiara en mí, que me diesen la oportunidad de cumplir mi sueño. Pero aunque mi expediente era maravilloso, eso no sucedió.


En esto como en muchas otras cosas de la vida, no todo esfuerzo tiene su recompensa, lo cual es bastante frustrante. Los que iban consiguiendo plazas para ir de expedición a la Luna, eran personas que se habían esforzado menos que yo, que habían tenido vida social, que habían vivido, personas que merecían mucho menos que yo ese maravilloso premio. Pero bueno la vida es injusta, yo me alegro por ellos, seguro que desean tanto como yo conocer la Luna.

No cesaré en mi empeño de conseguir una plaza, y poder descubrir lo que se siente al caminar sobre la luna, aunque siempre habrá personas, que reciban ese premio sin merecerlo, yo lo recibiré con justo merecimiento.

También quería ser más guapa, más inteligente, más alta… pero esas cosas sí que no las puedo cambiar, son las que son. Por lo tanto seguiré luchando contra las injusticias de la vida, para que los premios de la vida los reciban los que se lo merecen realmente. Llegaré a pisar la Luna y ese día me acordaré de todos los que pisaron la Luna antes que yo, de los que ocuparon mi puesto injustamente, pero no con resentimiento, sino con pena. Pena de que hayan llegado a donde no deberían haber llegado nunca por su falta de principios y de amor por lo que realizan.

Ese día llegará, y ese día seré feliz. Contribuid todos a que el mundo cambie, no deis premios a los que no lo merecen, premiad a los que se esfuerzan, a los que realmente se han dejado la piel por cumplir sus sueños. Ayudad a que nuestra sociedad sea más justa.

1 comentario:

Niña triste, hiperestésica dijo...

Ay, ¡yo a la luna no que me da mucho vértigo! ;)
¿Qué sería de nosotros sin nuestros sueños? Llegará el día, en que tras nuestro esfuerzo, cumpliremos todos, todos y todos, verás!

:)