29 de julio de 2009

¿Por qué no soy capaz de...?


¿Por qué no soy capaz de decir lo que pienso y lo que siento? ¿Por qué si soy capaz de decir todas las tonterías que me cruzan por la cabeza? ¿Por qué me cuesta decir las cosas verdaderamente importantes y sin embargo digo las insignificantes?

Toda mi vida estuvo llena de momentos transcendentales en los que mi boca debió pronunciar algunas palabras y sin embargo nadie escuchó ni una sola. Soy una cobarde, y me temo que se porque es, si alguien conoce realmente tu interior te tiene en sus manos, puede utilizar todo lo bueno y malo que tu digas en tu contra. Soy lo suficientemente madura e independiente como para detestar que mi vida este en manos de otra persona que no sea yo misma. Me encanta dirigir mi propia vida, llevarla por donde yo creo que me conviene más a cada minuto, aunque eso suponga grandes cambios en el rumbo inicialmente establecido.

Pero esto es excesivamente egoísta. No me doy cuenta que por ser así, estoy privando a determinadas personas de conocer mi interior, no estoy siendo del todo franca con ellos, no les estoy dando todo lo que merecen de mí. Me avergüenza mi comportamiento infantil, ya que cuando llega el momento importante en el que debo actuar, aparto la vista y procuro refugiarme entre las piernas de mama porque ahí me siento protegida, ahí nada me pasará. Y actuando así, no voy a ningún sitio. Lo único que hago es hacer daño a los demás, a la gente que realmente me importa, a las personas que realmente quiero.

¿Y cómo cambiar mi comportamiento? Sé que lo debo hacer, porque es lo que realmente deseo. No me gustaría hacer daño ni por un instante a un ser querido para mí. Pero ¿cómo lo hago sin herirme a mi misma? Sin hacer que me sienta aún peor por haber traicionado mis principios o mi forma de actuar toda la vida. Necesito un cambio de actitud urgente, levantarme un día y haber dejado en la almohada todas esas cosas que tanto detesto en mí. Pero es tan difícil que no se si lo conseguiré algún día, solo espero que si no llegó a ser la persona que deseo, nadie sufra por ello. Perdonadme yo no tengo la culpa de ser incapaz de mejorar, de ir por el camino correcto.

28 de julio de 2009

El pajarito que no se atrevía a volar


Erase una vez un pequeño pajarito que no sabía volar. Tenía un miedo terrible a pesar de que su mamá y el resto de pajaritos amigos lo apoyaban en todo momento. Todos le animaron a salir del nido, a dejar libres sus alas y volar sobre los verdes prados que aparecían ante sus ojos. El paisaje era precioso y él deseaba llegar al final de aquél verde desfiladero, porque aunque todos le decían que la vista desde allí era espectacular, necesitaba verlo por sí mismo. Pero el miedo que tenía era más grande que sus ganas de llegar a ver lo que todo el mundo le había relatado tantas veces. Tenía miedo de intentar volar y que sus alas no estuvieran preparadas, tenía miedo de que algo saliera mal, miedo al fracaso, a caer del nido y no poder levantarse nunca más.


Sólo necesitaba un último empujoncito, una palabra de aliento, un último gesto de cariño para atreverse a cruzar el desfiladero. Estaba completamente convencido de que era capaz de hacerlo, sabía que estaba preparado para aquel gran reto, pero no se atrevía a confesárselo a nadie. Necesitaba un compañero de viaje, alguien que hubiera llegado hasta allí, alguien que le mostrase el camino. Si se embarcaba el sólo en aquella travesía jamás vería el impresionante paisaje que había bajo sus alas. Pero ¿cómo explicarle a alguno de sus amigos que después de tanto tiempo estaba preparado para aquella maravillosa experiencia? No encontraba las palabras, no sabía cómo hacerlo. Quería pero no podía, en todas las ocasiones que se le presentaban no tenía el valor suficiente para pedir ayuda a cualquiera de sus amigos. Por eso a día de hoy el pobre pajarito aún no ha visto el final des desfiladero que diariamente ve desde su nido, aun no sabe lo bonito que es volar, aun no ha tenido esa gratificante experiencia de ver el mundo desde el aire, de sentirse libre, de volar. Espero que pronto reúna el valor suficiente y empiece a volar y no lo deje de hacer nunca, porque es la experiencia más maravillosa que existe, ser libre, completamente libre.