3 de mayo de 2009

Por fin!!


Que difíciles son algunos momentos de la vida. Momentos en los que tú interiormente te sientes mal por diversas causas y para colmo ves sufrir a la gente que quieres y lo pasas aún peor. Cuanto duele ver el dolor de los seres a los que amas profundamente, es una sensación de impotencia tan grande… Sabes perfectamente que darías incluso tu vida porque ese dolor no existiese, porque todo fuese bien y en el camino solo hubiese alegría y felicidad, pero lo único que puedes hacer es acompañar en el sufrimiento y en el dolor. Demostrarles que sigues ahí, con una llamada, con un gesto de cariño, con una palabra de aliento…

Es tan frustrante, saber que lo que está mal no va a mejorar, sino que ira yendo a peor poco a poco y que cada vez el dolor será más grande. En estos momentos reafirmo mis ideas sobre la existencia de ese ser superior en el que mucha gente cree. Reafirmo que no existe, al menos así lo veo yo. ¿Qué dios bueno y bondadoso podría causar tanto dolor? Tengo claro que estamos solos en esto, muy solos, y lo único que podemos hacer es apoyarnos en nuestros semejantes, para no caer al suelo antes de tiempo. Respeto que muchas personas necesiten tener fe para soportar el dolor, pero yo no la necesito, la busque desesperadamente hace años y descubrí que jamás la encontraría. Aprendí a tener fe solamente en mi misma. Sólo necesito que las personas que quiero estén a mi lado y con eso soy capaz de soportarlo todo, incluso el dolor mas grande. En mi misma soy capaz de encontrar todas las respuestas a lo que siento, a lo que me pasa, y a lo que les pasa a los demás, aunque a veces me cuesta más de la cuenta.
Pero ayer por fin encontré una respuesta que llevaba tiempo buscando.

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